Iniciando el nuevo año muchos de nuestros pensamientos se suelen centrar en la revisión de metas, en la búsqueda de nuevas perspectivas que satisfagan nuestros niveles de realización o en intentar localizar y cambiar esa conductas personales que nos hacen fallar en nuestro desarrollo emocional y espiritual.
Todo este nuevo renacer o reinvención que el calendario nos ofrece será eficaz si partimos de la base sólida que nos ofrece el concepto de IDENTIFICACIÓN.
Tener la respuesta correcta a preguntas cómo ¿a dónde perteneces? o ¿con qué o quién te identificas?... será la clave para que la consecución de tus metas o el fin de tus frustraciones siga su curso correcto.
Pero más allá de tu identidad geográfica o social, se encuentra tu identidad espiritual, ayudándote a equilibrar tus prioridades y a neutralizar todo sentimiento de tristeza, aislamiento, soledad y ansiedad.
Por eso te animo a que planifiques bien tu año dando respuesta a esas preguntas con la opción que Dios te ha dado: Cristo.
8 de Enero 2020
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